Somos tan jóvenes como nos sentimos

No hay síntomas evidentes, no se hacen exámenes, no hay prevención: hasta los 50 años parece que todo está bien, y de repente se nota que la fuerza muscular disminuye, que tanto la forma física como la coordinación disminuyen y que aparecen problemas de erección. Este proceso natural de envejecimiento empieza mucho antes, pero sobre todo los hombres lo ignoran. Además hay los cambios invisibles: Los vasos sanguíneos pierden elasticidad, se endurecen y se hacen más estrechos, por esto la circulación se restringe y se limita el aporte de nutrientes y oxígeno. El rendimiento del sistema inmunitario se reduce y con él las defensas contra las células de los tumores, por lo que a partir de los 60 años son más frecuentes las enfermedades tumorales. En el campo de la prevención se ha hecho mucho, pero los hombres siguen cuidando su salud mucho menos y más tarde que las mujeres. Los procesos que llevan a sufrir infartos o cáncer a partir de los 50 empiezan cuando uno es joven. Un buen ejemplo es la hipertensión. A menudo se descubre después de muchos años, porque la gente no asocia inmediatamente los síntomas como el cansancio, la fatiga, los dolores de cabeza ocasionales, la falta de concentración o los trastornos del sueño con la hipertensión. Los problemas de erección pueden aparecer porque la calcificación y la constricción vascular de la circulación sanguínea es deficiente. Por esto puede haber un aumento de la tensión arterial, colesterol, diabetes, falta de ejercicio, obesidad o tabaquismo. Por lo tanto es importante empezar lo más temprano posible con la prevención, antes de que aparezcan los primeros síntomas visibles.