
Relatos
“De cómo, conocí a da Vinci”
Suena el teléfono y me preguntan: Es Ud. familiar de..?- Ya esto es inquietante, y continúa... -Le llamo del Hospital... -Aquí ya mi angustia se acentúa, hasta que después de estos casi 30 segundos de infarto, la voz indolente, me dice-: Su primo, el Doctor... le ha inscrito para conocer a... Y es que hace unos meses, un hospital organizó, previa inscripción y para un grupo muy reducido, la posibilidad de asistir a la demostración del funcionamiento de un robot para uso médico, que lleva el apellido de un inmortal del Arte Clásico, supongo que se debe a las excelencias que cuentan de este "artefacto", dotado de "varias inteligencias", que lo hacen más "fiable" que la sola intervención humana. Esta era una de las grandilocuentes frases con las que el joven médico junto a su "endiosado" profesor, nos presentaba, a la versión futura de todos los dioses. Aquí ya me evadí, y como dirían los jóvenes, "desconecté", pensé en Durga, pero esta diosa, no encajaba mucho más allá, de la desesperanza de los humanos en sus dos únicos brazos y su limitada inteligencia... Así que trasladé mi imaginación a otra diosa, Manasá, luego Kali. Esta podría estar más cerca por su gran altura y su collar de cráneos humanos, pero demasiado tétrica, eso de acompañar a la muerte y propiciar el fin del mundo pues tampoco parecía muy inspirador para haber creado aquel artefacto, luego, pensé en los griegos, ellos también tenían un dios innombrable de múltiples brazos y complicada historia así que mejor no... Finalmente recordé a Bes, ella era una especie de "talismán" para los egipcios, a la par que daba miedo y risa, cosa antagónica, luego, tampoco parecía ser una fuente de inspiración más allá de compartir con el robot, sus muchos brazos... Mejor dejar mi "Olimpo particular". Todos allí mantenían sus expresiones de asombro ante aquella "deidad"... Pero en un momento de la exaltada y entusiasta demostración el médico se volvió casi robotizado, ya no había lugar para lo humano aquella "maravilla", prometía la perfección más absoluta jamás conseguida por máquina alguna. Dijo: Esto, descarta la posibilidad de morir por error médico... Todos, nos miramos, nos produjo un sentimiento de "estamos salvados"... Al terminar, volvimos al plano humano, olvidamos a da Vinci y hablamos del tiempo...